En determinados círculos existe la preocupación sobre el futuro de la caza, pues consideran que tiene muchos elementos en contra, aunque la mayor parte se centra en opiniones de personas que no conocen el mundo de la caza, no saben las relaciones ecológicas y medioambientales que sustenta dicha actividad, e incluso lo consideran una actividad perjudicial para la naturaleza o retrograda desde el punto de vista social, añadiendo el calificativo de sin futuro, pero sin dar las razones básicas para realizar tales afirmaciones.
El futuro de la caza 1ª Parte.
Creo que el futuro de la caza depende de nosotros, de la actitud que tomemos hacia esta actividad y sobretodo de la consideración de la misma como un recurso natural renovable. La actividad cinegética tiene muchas derivadas y muchas clasificaciones, muchas formas de entenderla, de sentirla y practicarla, pero en todas existen tres elementos que se pueden considerar la base de la misma, como son los “cazadores”, las “especies” de caza y el “hábitat” de las especies de caza.
En esta primera nota vamos a hablar del futuro de los cazadores y sus repercusiones en el mundo de la caza, como uno de los pilares en los que se sustenta la actividad (Cazadores, especies y hábitat), y que si falta uno de ellos, se pierde la actividad cinegética tal como la entendemos de forma drástica.
Por ello, cuando en charlas o en jornadas se aborda el futuro de la caza, pocas veces se adentra en el fondo de la situación, achacando el mismo a lo mal vista que esta la actividad cinegética entre diferentes sectores sociales, al sentimentalismo, o al ecologismo mal entendido.
Si bien parte de esto es verdad, la verdadera razón de que los cazadores como una de las patas fundamentales de la actividad cinegética hayan entrado en retroceso se debe a los cambios sociales que se han dado en los últimos años, el abandono del campo, la urbanización de parte de la sociedad, o a la distribución de los habitantes en núcleos poblacionales cada vez mas urbanizados.
Los cazadores están cambiando, está cambiando su perfil y está cambiando el número de practicantes, de tal forma que cada vez hay menos personas que participan en la actividad de la caza en todos sus ámbitos.
Por ejemplo, en Andalucía número de cazadores ha disminuido en esta última década de forma pausada pero inexorable pasando de mas de 300.000 licencias en 2004, a menos de 225.000 licencias en 2014, hecho que no se debe a una sola causa sino a un conjunto de circunstancias. Igualmente la edad media del cazador ha subido mas de 15 años en este tiempo, lo que supone que las generaciones venideras necesitan mas impulso y mas motivaciones para engancharse con la actividad cinegética.
El ciudadano cada vez mas urbano y desligado de las actividades rurales, donde el aprendizaje de la mano de nuestros padres y abuelos que nos ilusionaba con la práctica de la caza y de la pesca se ha perdido. Se ha descontextualizado nuestra relación con la naturaleza, ya no se si tiene sentido el aprender a leer el campo, el buscar respuestas a diferentes fenómenos naturales como la forma del vuelo de los pájaros, el humo, la humedad, las huellas, los olores, el echar el viento, el careo, los pasos, los trucos para detectar los instintos animales, los pequeños retos, el manejo y control de las frustraciones o de las obsesiones, toda una parte de la enseñanza de la vida, una larga carrera en la que nunca terminas de aprender, donde el tesón es una de las principales herramientas y donde cada respuesta viene acompañada de mas preguntas.
Esta forma de entrar en el mundo cinegético ha cambiado y aunque normalmente es de la mano de un familiar o de un grupo de amigos, se le dedica menos tiempo y son mayores las dificultades y los costes, hay que desplazarse, y existen una serie de requisitos (licencias, permisos, etc.) que se dan en un ambiente contracorriente, donde el estrés y las prisas dominan el tiempo actual.
Hoy día, además de vivir la mayor parte de la población en un ambiente urbano, existen una serie de tendencias en contra de la caza, de tal forma que si no tienes convicciones es difícil superar dichas tendencias. La inclusión de un sentimentalismo sensiblero en el ambiente y su dominancia en los medios de comunicación hace que el atractivo de la naturaleza cambie por el atractivo de lo humanizado, convirtiendo lo mas parecido a la naturaleza a las plantas de las macetas y las mascotas. Continuara…