Otra gran sorpresa fue El Gran Cañón, el poder pasar por sus bordes, con el abismo a la derecha y la gran llanura a la izquierda. La verdad que fue muy impresionante y emocionante a la vez. Esta emoción llego a su culmen en el paseo por las nubes, con el abismo bajo los pies, donde llegas a sentirte un ser minúsculo e insignificante.