Archivo de la categoría: Reflexiones

La naturaleza intervenida II

Cuando la Naturaleza está intervenida. (2ª Parte)

En el mundo de la caza, aunque en apariencia se realiza en el campo y en teoría es una de las actividades mas imbricadas con el medio natural que se dan en nuestros campos, desde que se ha popularizado y se ha convertido en una actividad económica, ha estado sometida a intervenciones con diferentes intensidades.
Esto es así, porque el medio natural no soporta una explotación tan intensa de un recurso como puede ser la caza mayor, o incluso muchas modalidades de caza menor. Pero en esta parte vamos a centrarnos en la caza mayor ya que es el fenómeno más patente, mas fácil de comprender y que tiene una posible solución.
Las intervenciones más repetidas en la actualidad o en tiempos muy recientes (hasta hace menos de 40 años) son implacables:
• La caza a la carta, cazando solo machos, y dejando las hembras para procrear, hecho necesario en los años 40 del siglo pasado, cuando casi desaparecen todas las especies de caza mayor, y se prohibió la caza de hembras. Esta actividad todavía se mantiene en el consciente colectivo del mundo de la caza cuando se mezcla con un sentimentalismo irracional.
• Aumento de la densidad por encima de la capacidad del medio. Ningún pastor sobrepasa el número de ovejas que puede mantener, aunque sea una explotación extensiva, sin embargo en el mundo de la caza parece que no importa sobrepasar el número de ejemplares en un acotado, la responsabilidad se diluye, y se justifica con asegurar x ejemplares en las diferentes modalidades de caza.
• Eliminación de predadores. Hasta el año 1974 se realizada de forma legal e incluso subvencionada por las Juntas Locales de Exterminación de animales dañinos. Veneno, lazos, cepos, y demás artilugios eran habituales en el campo y fomentados por la administración.
• Alimentación suplementaria, en épocas de carestía, ajustando la carga a los periodos de máxima producción, cuando en un clima mediterráneo como el de nuestra región debería de ser ajustada a los periodos de mínima producción (que coincide con el verano).
• Introducción de ejemplares seleccionados o de otras zonas o incluso de otros taxones, con la intención de mejorar la sangre. Cuando en España por ejemplo la mayoría de los venados proviene de muy pocos núcleos.
• La introducción de nuevas especies. En los últimos 60 años se han introducido especies como el muflón, o el arruí para su aprovechamiento cinegético en zonas muy características de nuestro territorio.
• Comercialización especulativa de la caza organizando cacerías que comprometen resultados asombrosos, de dos o tres cabezas por puesto, lo que supone más de 100 ejemplares por actuación, para lo que es necesario mantener una densidad de 100 ej/Km2. Cuando en diferentes países europeos se trabaja con densidades inferiores a 8 ej/Km2.
• Entre otros….
Las densidades de caza mayor que se dan en muchos de nuestros acotados superan con creces la capacidad de carga del medio, lo que implica un consumo excesivo de la cubierta vegetal, llegando incluso a deteriorar este medio de forma irreversible. Este deterioro es lento pero implacable y supone no solo la pérdida de recursos o el desequilibrio que se produce en el medio natural, sino que implica un deterioro de nuestro monte, perdiendo especies o taxones que se engloban en el monte de cabecera, se pierde suelo por deforestación y erosión, se pierden especies protegidas por consumo vegetal, se pierde paisaje, en definitiva la parte mas importante de nuestro monte se está deteriorando.

La naturaleza Intervenida I

A partir de este momento voy a ir sacando diferentes ducumentos propios de una reflexion, que creo necesario compartir.
Voy a empezar por varios pensamientos centrados en la intervención de la naturaleza, en estos momentos en los que la sociedad se vuelca hacia lo natural, se promociona el pensamiento verde, y se vende todo lo relacionado con la naturaleza, sin darnos cuenta que la mayor parte de los retazos de naturaleza que encontramos, observamos e incluso admiramos estan intervenidos.

Cuando la naturaleza está intervenida (1 Parte).

Una de las características que tenemos los seres humanos es la relativización de todos los fenómenos que ocurren a nuestro alrededor. Por ejemplo, cuando hablamos de clima, pocas veces nos acordamos de fenómenos de calor, frio, intensas lluvias o prolongadas sequias cuando nos encontramos en la fase contraria. En medio de la sequia creemos que siempre ha sido así y no recordamos las últimas inundaciones acaecidas seis meses atrás. O cuando cambia una situación, una de las habilidades que tenemos es la adaptación al cambio, para ello incluso se dan cursillos, aunque sin ellos poco le cuesta a nuestro cerebro pensar que siempre va a ser igual.
Las comunicaciones, y los medios de comunicación han cambiado mucho en los últimos 50 años, desde los medios de comunicación como la radio, la aparición de la televisión, el teléfono y los móviles e internet, hasta las vías de comunicación como carreteras, autovías y autopistas, vías de alta velocidad, aeropuertos, han cambiado el concepto de distancia y de tiempo. El cambio ha sido tan brusco y sin embargo su asimilación tan rápida, que hemos llegado a creer por ejemplo que los móviles forman parte de nuestra cultura milenaria, cuando se puede decir que hace menos de 15 años que se ha generalizado.
Cuando las cosas no pasan o se suceden como quisiéramos, tendemos a actuar para que no cambien, aunque la propia naturaleza vaya por caminos opuestos. Entonces intervenimos para mantener las cosas, los ecosistemas o la propia naturaleza en un estado que nosotros creemos que son buenos, o son óptimos desde algún punto de vista como puede ser la biodiversidad.
Hace años en EEUU se creó una polémica acerca de la intervención humana en la naturaleza, existiendo defensores y detractores de la intervención en procesos naturales, un ejemplo muy patente fue el fuego y los incendios forestales. Existía una corriente que trataba de luchar contra el fuego con todos los medios mientras que otro grupo de científicos y gestores que abogaban por no intervenir, la polémica se recrudeció durante los años 80 en el Parque Nacional de Yellostone.
En España la intervención de la naturaleza ha sido una de las actuaciones mas habitual en las épocas de desarrollo de décadas anteriores y se realizaba en la mayoría de los procesos naturales sin preguntarse si realmente es necesario. En las zonas forestales se intervinede forma intensa, por ejemplo con las luchas contra plagas, el encauzamiento o manejo del agua, las repoblaciones forestales y de fauna, las luchas contra incendios forestales etc. Además existe otra intervención que podemos denominar “intervención política”, que de forma contradictoria, fomenta las segundas viviendas, la ocupación de espacios públicos como los de DMT en las costas o de DP en los ríos, la creación de pantanos, la creación de diques o la construcción de barreras lineales como las autopistas, autovías, ferrocarriles, AVES, canales, etc.
En las zonas de cultivos la intervención se ha multiplicado por 100, dirigiendo o encauzando ríos, desecando lagunas, o mantenimiento de marismas de forma artificial, creando grandes extensiones de monocultivos ya sea de cereal, olivar, naranjas, arroz, etc, cuyo mantenimiento productivo es esclavo de insecticidas y pesticidas específicos.