Introducción a un nuevo concepto de gestión del conejo de monte.

Campiña_Sevilla-17El conejo es una de las especies que suscita más polémica en los ciudadanos relacionados con la naturaleza, tanto gestores, conservacionistas, agricultores, cazadores e incluso la Administración.

La verdad es que el conejo siempre ha sido muy abundante y ha supuesto un colchón que amortigua la presión sobre el resto de la fauna y un recurso fácil para nuestros predadores y los cazadores, pero la trasformación del uso del suelo, a la que se ha añadido el efecto de diferentes enfermedades víricas sucesivas durante los últimos 50 años, ha puesto en evidencia lo frágil que son los equilibrios poblacionales y ha tambaleado todo nuestro ecosistema mediterráneo.

Aunque, con las poblaciones mermadas de efectivos y de posibilidades, debemos de ser conscientes de que el medio natural ha cambiado tanto que ya no sirven los modelos de gestión de hace 30 años, hay zonas que son irrecuperables (grandes extensiones de monocultivos, cultivos intensivos, o de plástico, etc.) y zonas donde los usos actuales son incompatibles con el conejo.

A estas veleidades hay que añadir lo contraproducente de muchas de las actuaciones que se acometen para recuperar el conejo como son los movimientos (introducciones, traslocaciones, etc.) que lo único que hacen es dispersar distintas cepas de virus, en contra del sentido común y de actuaciones racionales como la inmovilización de ejemplares cuando aparece una cepa de virus contagioso en cualquier animal domestico. Primera medida para no aumentar la epidemia es la inmovilización. Yo me pregunto ¿Por qué no se aplica esta medida en el caso del conejo?, ¿Quién debería legislar al respecto?